Hace algunos días, se encendieron las alarmas en el Reino Unido por el estado de salud de la Reina Isabel II. La monarca, de 95 años, fue diagnosticada con un cuadro de covid-19.

Si bien el Palacio de Buckingham sostuvo que la Reina Isabel estaría con "síntomas leves" de la enfermedad, igualmente se canceló totalmente su agenda virtual para esta semana, en atención a su edad.

“Como Su Majestad todavía presenta síntomas leves similares a los de un resfriado, ha decidido no emprender sus compromisos virtuales planificados para hoy, pero continuará con tareas ligeras”, fue el texto del comunicado.

Ante ello, la prensa de palacio ha sido cauta en tomar la información, y se ha preguntado qué protocolo existe si es que la soberana británica no pudiese retomar el trabajo.

 

Las alternativas para reemplazar a la Reina Isabel

Según la prensa especializada en la monarquía, hoy por hoy cualquier opción de reemplazar el rol de la reina pasa necesariamente por sus consejeros, correspondientes a la línea de sucesión al trono.

En este caso, esto corresponde a su consorte y a sus primeros descendientes. En ese plano, ante el fallecimiento del príncipe Felipe de Edimburgo, el rol de consejeros recae en el príncipe Carlos de Inglaterra y su hijo primogénito, el príncipe Guillermo, duque de Cambridge.

¿Y el príncipe Harry? El hermano menor de Guillermo también contaría, pero su abandono en 2020 de su puesto en la familia real tras su matrimonio con Meghan Markle, lo dejó en una posición muy difícil frente al resto de la familia. Sin embargo, esto no significaría que los hijos de Guillermo contarán en esa línea.

Quien sí quedaría totalmente fuera de la ecuación sería el príncipe Andrés, por su supuesta conexión con la red manejada por el magnate Jeffrey Epstein y su escándalo de abuso sexual.