Raimundo Alcalde, uno de los actores de "La Jauría" confesó que mientras vivía en Estados Unidos sufrió abuso de poder por parte de "hombre poderoso".

La revelación del actor se realizó mientras era parte del podcast "Reyes del Drama", al que también estaban invitadas Antonia Zegers y María Gracia Omegna, y hablaban de la impunidad y los castigos en los casos de abuso de toda índole.

"Los castigos por abuso o violación no debiesen tener precio o tiempo. No hay plata en el mundo que compense ese daño", comentó el actor.

La historia de Alcalde

Luego de estar hablando un rato sobre el tema, Alcalde realizó su confesión. "Yo sufrí un abuso de un tipo poderoso cuando vivía en Estados Unidos. No me violó, pero sí me puso en una situación increíblemente incómoda y nunca lo he hablado porque de verdad que te sientes sucio, débil", afirmó el joven. De inmediato el actor agregó que esas situaciones, "te pillan tan repentinamente que quedas congelado".

Raimundo aseguró que ahora pueden entender mejor por lo que pasan cientos de mujeres en el país, "imagínate que yo soy un hombre fuerte. No me imagino lo difícil que puede llegar a ser para una mujer. Con esto puedo llegar a entender un poquito, la frustración, lo cochino, el asco que se debe sentir decirlo, pensar en el qué dirán".

Finalmente Alcalde sentenció que, "entonces, no hay plata en el mundo que te vaya a sacar esa sensación de encima, ni que justifique un perdón. Los castigos deben ser de verdad. Pudrirse en la cárcel un buen rato".

Un personaje desafiante

"Llevaba haciendo puros roles de niño bonito y príncipe. Eran tan básicos. El personaje de Eduardo es un desafío porque para eso me convertí en actor, para hacer cosas que nunca haría en la vida real", explicó el joven respecto a su papel en "La Jauría".

A pesar de eso, hubo una escena en particular que lo desgasto física y emocionalmente, "la de la violación. No nos conocíamos con el equipo técnico. Era complejo. Conversamos antes con Antonia Giesen y ella nos decía que con confianza, que cualquier cosa nos avisaba. La escena se repitió como ocho veces. Eso sí, todo full respeto, pero los cinco de La Jauría dormimos pésimo esa noche. Tuvimos pesadillas. Fue súper extraño".