El dolor de Mariana Loyola al perder a su madre a temprana edad
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En Sigamos de Largo conversamos con la gran actriz nacional, Mariana Loyola, quien nos contó cómo lidió con la muerte de su madre.
Su madre Verónica falleció a los 45 años de una hipertensión pulmonar primaria, cuando Mariana tenía tan solo 21 años. Su ausencia perdida continúa repercutiendo hasta el día de hoy en su vida y en Sigamos de Largo la actriz nos contó cómo ha sido lidiar con esa ausencia tan profunda.
El gran dolor de Mariana Loyola
"Ahora yo puedo hablar de esto porque antes no podía. Han pasado hartos años y pasa que cuando una es mamá, y a la Maly le debe pasar, hay como todo un proceso de maduración de entender y cuando una pierde a la mamá tan chica se manda cagadas. Lo interesante de madurar y vivir ese duelo es perdonarse y en eso he estado”, confesó entre lágrimas la actriz.
La pérdida de su madre fue a muy temprana edad, por tanto, su ausencia le afectó de sobremanera: “es imposible no perderse o rebelarse. Cuando se murió mi mamá yo me puse súper carretera, odiosa, como media punkie e hice tonteras, nada tan terrible”.
“Es súper importante para las mujeres creo yo, no sólo que somos mamá, sino que se nos exige tanto siempre a ser mejores madres que padres, a trabajar bien, cumplir bien tanto más que a los hombres, ser buena amante, ser simpática, estar siempre estupenda. Entonces es tanta la exigencia que se nos da a nosotras que una claro, quiere a la mamá un domingo en la tarde para ver tele y eso no estuvo nunca, porque ella se murió cuando yo era muy chica, tenía 21 años”, reveló Loyola.
Este proceso gatilló en su maternidad. De esta manera, nos reveló como ha sido su vida junto a Olivia, su hija de 17 años. “A mí me encanta ser mamá de Olivia, es que la Olivia es bacán, yo creo que es un alma como vieja, esas almas nobles como súper madura, muy compañeras y también en este reencontrarse, que yo creo que a todos nos ha pasado en la pandemia cómo de demostrar las emociones, yo era como un palo, jamás me hubieras visto llorar menos en la tele, ahora ya chao si me viene la emoción filo, qué voy a hacer si estamos todos en esta”.
Para finalizar, Mariana nos contó que en este proceso de autorrevisión le ha servido para acercarse a su hija y “también he aprendido a perdonarme y a pedir perdón, o sea también tener que decirle veces a la Olivia ‘no sé cómo se hace, porque no tengo el referente, nunca lo tuve’ “.