Crónica de la épica voltereta de Luis Mateucci con Daniela Aránguiz
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Luis Mateucci era un líder imparable y un hombre temido al interior del encierro de Tierra Brava. Su relación con la Chama los tenía a ambos como una pareja indestructible que podría haber ganado cualquier prueba por su cuenta. Sin embargo desde que llegó Daniela Aránguiz algo cambió en él. Esta es la historia de la transformación del capitán de "Puro Fuego".
Pocos hombres intimidaban tanto en Tierra Brava como él. Luis Mateucci era un toro en las competencias y un zorro en la convivencia. Fuerte y astuto por igual. Sólo un hombre de 1,92 de altura como Fabio Agostini se atrevió a encararlo y salir ileso, ya que otros que lo intentaron salieron para atrás.
El líder indiscutido del equipo rojo "Puro Fuego" era un rey en su tierra. Incluso cuando su equipo perdía, él no temblaba y mantenía su estrategia. De ese modo logró tener un equipo fuerte en competencia y aguerrido en el exterior.
Sus alfiles eran Junior Playboy y Angélica Sepúlveda, dos avezados competidores con experiencia en reality shows. También tenía buenos peones con Botota Fox y Uriel Romero. Hasta había conseguido un galante caballero con el exfutbolista Nicolás Solabarrieta.
Pero la joya de la corona y la luz de sus ojos era la Chama. Su reina competitiva en el castillo de Puro Fuego. Hasta que llegó un verdadero volcán llamado Daniela Aránguiz y arrasó con todo.
Hoy el rey Luis Mateucci está convertido en un simple bufón de la corte de la mujer de los ojos verdes.
¿Luis Mateucci vendió su reino por Daniela Aránguiz?
Hasta el día anterior del ingreso de Daniela Aránguiz, Luis Mateucci andaba muy canchero por la casa-hacienda. Incluso ese mismo día en la mañana el argentino se paseaba con actitud de ganador por el predio.
Sin embargo, cuando le regalaron a él y a la Chama un momento romántico a solas, algo sospechó. El zorro había intuido una trampa. Se le oyó decir "¿Escuchaste cuando te agarran con las manos en la masa? A mí me va a pasar eso" mientras servía dos copas de vino espumante. Al hombre de los pectorales le temblaba un poco el pecho.
Aún así, el tiempo que pasaron juntos fue bello. No había indicios de peligro ni de posibles conflictos, así que el rey bajó las defensas. La piscina estaba reservada para Luis y Chama y el mundo se veía de color de rosas. Hasta que llegaron a la casa y una sorpresa de cabello oscuro, ojos claros y voz aguda los esperaba conversando con los demás participantes.
Desde ahí se liberó una lucha épica que sólo se podría comparar con una batalla entre ángeles y demonios. Luis Mateucci confundido por las voces de la razón y de la pasión entró en un estado de conflicto digno de un mito griego. El bien y el mal eran uno solo. Su pobre mente humana no alcanzaba a entender dónde rayar la línea de acción.
El poderoso rey había encontrado la piedra de tope que haría caer su imperio y su reacción fue al principio colérica.
Sin embargo, con el paso del tiempo y al ver que la fuerza de Daniela Aránguiz a la que se enfrentaba era mayor que la suya, empezó a flaquear. Primero accedió a conversar algunas veces, lo que lo llevó a ceder ante un impulso mayor de lo que había avisorado al principio: el loco e imparable amor.
Accedió a la seducción del fuego que lo llamaba y lo hacía decantarse por Daniela Aránguiz. Así comenzó a dejar su reino construido por meses en el encierro y en base a trucos, tretas y mucho sudor. Aunque lo pasó mal y dudó por momentos sobre si estaba haciendo lo correcto, finalmente mantuvo su actitud lo más firme que pudo.
Claro, había fuerzas que lo llevaban a reclamar su corona y abandonar la tentación del romance perdido que lo venían a buscar para dejarlo todo botado. Sin embargo Luis Mateucci logró mantener su postura a pesar de las dificultades. Estaba decidido a dejar todo por Daniela.
La victoria definitiva de Daniela Aránguiz
Luis Mateucci no tuvo más remedio. En menos de 24 horas había cedido a todo. Había dejado su puesto como líder rudo e invencible. El hombre que no podía ser debatido, fue domado en cuestión de minutos. Abandonó a su reina Chama y cayó en brazos de Daniela, de donde no pudo salir más.
El que fuera un guerrero y un capitán sin debate ahora es un chiquito enamorado como un adolescente. Y, francamente, no lo podemos criticar. En esta redacción somos románticos y nos gusta ver el amor vencer, pero ¿A qué costo ganó esta vez?
Queda mucho Tierra Brava por delante y esperamos que haya más sorpresas pronto.